El presidente de la Junta ha presentado su nuevo gobierno y la tradición, a veces incumplida, señala que han de darse cien días de plazo para que los nuevos consejeros se rueden en sus cargos, antes de arremeter contra su gestión. Pero la composición de un ejecutivo da lugar a valoraciones del perfil de sus integrantes, su experiencia anterior y su currículum…, positivas unas y otras no tanto.
El gobierno de Moreno Bonilla, Juanma, siguiendo la estela marcada por los socialistas que impusieron para referirse a Chaves, como Manolo o a Rodríguez de la Borbolla, como Pepote, tiene sus luces y sus sombras. No es lo mejor aumentar en dos el número de consejerías con respecto al anterior ejecutivo en un momento en que toca apretarse el cinturón. Añádase al debe el que el presidente ha perdido a dos pesos pesados, como son Elías Bendodo y Juan Bravo, llamados por Feijoó a Madrid.
Por el contrario, es un signo positivo que, nombrado el ejecutivo en plena canícula, el presidente haya dicho que todo el mundo tiene que ponerse a trabajar, pese a que agosto es el mes de las vacaciones por antonomasia. Los presupuestos están prorrogados y tiene que haber cuentas nuevas para afrontar 2023.
Como suele ocurrir con los gobiernos de la derecha, la cultura queda marginada, pese a la riqueza patrimonial y la importancia monumental de Andalucía o la capacidad artística de los andaluces, a lo que se suma que la cultura supone el cuatro por ciento del Producto Interior Bruto de España. No pasa de ser un apéndice de la consejería de Turismo y su titular, hombre de experiencia en ese terreno, según señala su trayectoria y afirman quienes lo conocen, es, sin embargo, persona poco vinculada al mundo cultural. No ha sido la mejor decisión cuando se ha aumentado el número de consejerías.
Por otro lado, este gobierno cuenta con dos factores de suma importancia con los que no contaba el anterior ejecutivo. No nos referimos a que sea un ejecutivo monocolor, al no formar parte del mismo consejeros de otra formación política -en ningún momento esa circunstancia fue un obstáculo en el anterior mandato, a diferencia de lo que ocurre entre socialistas y podemitas en el gobierno de España-, sino al hecho de que ahora, al menos algunos de sus miembros cuentan con experiencia de gobierno.
Saben, por ejemplo, que han de enfrentarse, en no pocos casos, a un aparato funcionarial y sobre todo a la administración paralela creada por las casi cuatro décadas de gobiernos del PSOE que no dejarán de poner palos en las ruedas. Por otro lado, el ejecutivo cuenta con mayoría absoluta en el Parlamento para sacar adelante tanto los presupuestos como aquellas otras iniciativas gubernamentales que han de pasar por la cámara.
Moreno Bonilla ha señalado que está abierto al diálogo con las demás formaciones allí representadas, pero ese diálogo siempre necesario, es a veces imposible por las causas más diversas y algunas de ellas poco confesables. Esa mayoría puede llevar a la tentación de aplicar el rodillo que en otro tiempo utilizó el PSOE. Es una tentación en la que no debe caer el nuevo gobierno y quien lo preside.
(Publicada en ABC Córdoba el viernes 29 de julio de 2022 en esta dirección)